El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández combatía en público el tráfico de drogas pero en privado protegía a los narcos, acusó este miércoles la fiscalía neoyorquina en medio del juicio en su contra por tres delitos que podrían llevarle a pasar el resto de sus días en la cárcel.
Tras la constitución del jurado que sellará la suerte del exmandatario (2014-2022), la fiscalía y la defensa presentaron sus versiones antes de tomar declaración al primer testigo, un excontable de una planta arrocera que ya había testificado en los juicios del hermano del expresidente, Tony Hernández, y el socio de éste Geovanny Fuentes, ambos condenados a cadena perpetua.
El fiscal David Robles se dirigió al jurado, constituido mayoritariamente por personas con estudios superiores, advirtiéndoles que este se trata de un caso sobre “poder, corrupción y tráfico masivo de cocaína”.
“Este poderoso político mantenía en público un discurso en el que decía que combatía el tráfico de droga y por la puerta de atrás se asociaba con los narcotraficantes” para proteger el envío de droga a Estados Unidos, recalcó, “abusando” del apoyo del ejército, la policía y la justicia, a cambio de “millones de dolares en sobornos”.
El cartel mexicano de Sinaloa, de Joaquín “El Chapo” Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos, contribuyó con “millones de dólares” a su cuestionada segunda campaña para la reelección en 2017, según la fiscalía neoyorquina.
Honduras, recordó el fiscal, es un lugar de paso fundamental para la droga que se produce en Sudamérica, sobre todo en Colombia, antes de transitar por México con destino final a territorio estadounidense.
La fiscalía acusa al abogado y político de 55 años, que se convirtió en el primer presidente reelecto desde el regreso de la democracia en 1981 por el Partido Nacional de Honduras, de haber protegido a una red que envió más de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos entre 2004 y 2022. Empezó cuando presidía el Congreso.