El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se reunió el martes con un puñado de los empresarios más importantes del país, un encuentro que se interpreta como un intento del mandatario de izquierda de reencauzar el rumbo de una economía que está en niveles “rojos”.
Tras poco más de un año de mandato y con una tensa relación con el sector empresarial, el mandatario sorprendió citándolos en Cartagena para hablar de “productividad y crecimiento económico”, según un boletín oficial.
El hermético encuentro se produce días después de conocerse que la economía colombiana se contrajo 0,3% en el tercer trimestre de 2023 frente al mismo periodo del año anterior.
Colombia, cuarta economía latinoamericana, registra además niveles persistentemente altos de inflación, con 10,5% a 12 meses en la medición de octubre.
Dirigentes gremiales y expertos consultados por la AFP apuntan a que el sector productivo atraviesa una crisis de confianza ligada a la comunicación errática del mandatario, con anuncios inesperados a través de discursos y redes sociales. También señalan un clima de incertidumbre alrededor de la batería de reformas sociales que promueve el gobierno.
De su lado, el Ejecutivo responsabiliza del deterioro de la economía a las altas tasas de interés fijadas por el banco central para combatir la inflación, y anticipa mayor gasto público para compensar la caída de la inversión privada.
– Construcción: ejemplo del golpe –
Los países emergentes salieron debilitados de las crisis sucesivas que sacudieron a la economía mundial desde comienzos de la pandemia, y Colombia es un ejemplo de esa situación.
Según un estudio reciente del estadounidense Centro para el Desarrollo Global (CGD), la economía colombiana y sus indicadores fundamentales se han deteriorado “significativamente entre 2019 y 2023”.
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