Democracia de Guatemala, “sometida a una prueba de estrés”

Continúan los procedimientos judiciales contra el partido de Bernardo Arévalo, pero no impedirán que asuma la presidencia de Guatemala, estiman expertos consultados por DW.

La suspensión provisional del Movimiento Semilla, el partido del presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, volvió a encender las alarmas. En Estados Unidos y en la OEA se ha criticado la medida y el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, ha manifestado preocupación por “por los persistentes intentos de socavar los resultados electorales mediante acciones jurídicas”.

La “judicialización” del proceso electoral guatemalteco ha sido una constante. Edgar Ortiz, experto en derecho constitucional y riesgo político, explica a DW que ya antes de la primera vuelta electoral del 25 de junio, “la coalición gobernante se propuso sacar de la contienda electoral a los rivales políticos que, según ellos, tenían posibilidades de ganar”.

Jordán Rodas, quien se proponía postular a la vicepresidencia, lo vivió en carne propia. El antiguo Procurador de Derechos Humanos de Guatemala (2017-2022), que vive desde hace un año en el exilio, fue vetado por una acusación en su contra, sin haber sido sentenciado. “La justicia en Guatemala está altamente corroída por la corrupción y cooptada por el crimen organizado”, dice a DW, y afirma que la suspensión de Semilla es “arbitraria”.

Como un “escándalo” califica el portavoz de política exterior para Latinoamérica del partido Los Verdes en el Parlamento alemán, Max Lucks, los “ataques sistemáticos contra el ganador de las elecciones y la cooptación de instituciones democráticas por parte del ‘Pacto de los corruptos'”. Según comunicó a DW, considera fundamental que el Movimiento Semilla y Arévalo sean protegidos de intimidaciones y ataques o atentados, como lo demanda también la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

“No hay vuelta atrás”

Semilla está de momento en el foco. Porque su triunfo fue inesperado y complicó la estrategia inicial, según Ortiz. “Es mucho más fácil sacar a un candidato antes de las elecciones que después. Ahora que Semilla y Bernardo Arévalo ya han sido sin electos, es más difícil sacarlos. Pero, de todas formas, insisten en esa judicialización”, observa. No obstante, opina que la ratificación del triunfo de Arévalo por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) “da mucha esperanza”.

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